Biden reconoce un desempeño deficiente en el debate presidencial

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió el martes que su desempeño durante el debate presidencial del jueves pasado contra el expresidente Donald Trump no fue el mejor. En un acto de campaña en McLean, Virginia, Biden atribuyó su desempeño al desfase horario después de dos viajes al extranjero a principios de junio.

Biden, quien enfrenta crecientes preguntas sobre su candidatura a la reelección en 2024, reconoció ante los asistentes del evento de recaudación de fondos que su actuación en el debate no cumplió con las expectativas. «No tuve mi mejor noche, pero el hecho es que no fui muy inteligente», confesó el presidente. «Decidí viajar alrededor del mundo un par de veces, pasando por alrededor de 100 zonas horarias… antes… del debate».

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El mandatario explicó que no siguió el consejo de su equipo y que los viajes internacionales previos al debate afectaron su rendimiento. «No escuché a mi personal y regresé y casi me quedaba dormido en el escenario», agregó Biden. «Eso no es una excusa, pero es una explicación».

A principios de junio, Biden viajó a Francia e Italia para asistir a dos eventos separados. Voló durante la noche desde la cumbre del Grupo de los Siete en Bari, Italia, para aparecer en un evento de recaudación de fondos con el expresidente Barack Obama en Los Ángeles el 15 de junio, antes de regresar a Washington al día siguiente. Posteriormente, pasó seis días en Camp David preparándose para el debate del 27 de junio.

Los funcionarios de la Casa Blanca han atribuido el desempeño vacilante de Biden durante el debate a un resfriado, aunque el presidente no mencionó estar enfermo durante la recaudación de fondos del martes. La actuación de Biden en el debate ha llevado a un colega demócrata de la Cámara de Representantes a pedir públicamente que se retire de la carrera presidencial de 2024.

La campaña de reelección de Biden enfrenta ahora el desafío de superar estas críticas y demostrar que el presidente está preparado para un segundo mandato. Con la presión aumentando, el equipo de Biden deberá recalibrar su estrategia para asegurar la confianza del electorado de cara a las próximas elecciones.